La mujer como ama de casa.

Hasta prácticamente hace nada la publicidad a situado a la mujer en el hogar o de compras, sirviendo a los suyos, basando su autoestima, sobretodo, en la limpieza, la estética y la entrega a los suyos. La publicidad ha presentado a la mujer como objeto de deseo, como puro elemento de atracción visual, como un ser frágil dependiente del hombre.

Podemos encontrar diferentes ejemplos a lo largo de la historia como este:

En este anuncio de 1988 vemos claramente dos roles diferenciados. Por una parte, la mujer que se nos presenta haciendo las tareas del hogar y, por otro, al hombre sentado leyendo el periódico, es decir, la mujer al servicio del hombre.

Después de varias décadas de críticas a esta representación de la mujer en la publicidad y al aumento tanto de participación laboral  como social de la mujer se han producido algunos cambios. Pero aún encontramos en la actualidad anuncios que asignan roles al hombre y a la mujer, que los tratan como un objeto sexual y que idealizan la belleza.

Un claro ejemplo de la asignación de roles en la actualidad podría ser la publicidad de Neutrex.

En conclusión,  la sociedad está cambiando y, por lo tanto, podemos observar una evolución de la publicidad. Esperamos que llegue un momento en que ningún anuncio asigne roles y trate a las personas como objeto sexual, porque como dijo Wardle: “aquellos anuncios que funcionan bien son aquellos en los que la mujer está definida por su personalidad y sentimientos, y no simplemente por sus roles o su  profesión”.