Ángela Edo Doménech
La publicidad ha existido desde los inicios de la historia, y desde el siglo XX con el desarrollo de los medios de comunicación, el hombre ha nacido, crecido, vivido y evolucionada con ella. La publicidad es toda forma de comunicación realizada por una persona física o jurídica, pública o privada, en el ejercicio de una actividad comercial, industrial, artesanal o profesional, con el fin de promover de forma directa o indirecta la contratación de bienes muebles o inmuebles, servicios, derechos y obligaciones. ¿Pero en realidad qué es lo que hace, persuadir y convencer o manipular y engañar? Como ya comenté en mi anterior entrada la publicidad nos remite a un mundo fantástico, un espacio ideal al que debemos aspirar, un espejo en el que mirarnos para ser aceptados socialmente y alcanzar el éxito familiar, profesional… La publicidad es el escaparate de nuestros deseos y sueños, tanto los públicos como los más íntimos. La publicidad posee una gran fuerza de persuasión, que influye en la transmisión de valores y creencias. Además potencia estereotipos, potencia las desigualdades de género (como hemos visto en muchos ejemplos del blog), nos vuelve más consumistas…
En acuerdo con el paradigma de Karl Marx, creo que la desigualdad no es inevitable y que los medios de comunicación pueden contribuir a desarrollar una sociedad más justa e igualitaria, es decir, pueden contribuir al cambio de la sociedad.
Este anuncio es una de los muchos que debemos evitar, para conseguir una sociedad menos consumista, menos desigual y más ética. Ya que como podemos ver incita a la violencia y a la desigualdad de género.
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